Muy buenas tardes,
Autoridades,
Carlos Correa -en representación de todos quienes integran el Círculo de Críticos de Arte-,
Artistas,
Amigas y amigos.
Esta ceremonia es de gran relevancia para la escena artística nacional y para quienes la integran, porque además de premiar el trabajo de los artistas durante el último año es también un reconocimiento a la valiosa contribución que ellos realizan -en el día a día- al desarrollo patrimonial y cultural de nuestro país y de la ciudadanía en particular.
Precisamente porque el trabajo que desarrollan los artistas es generoso, porque permite que los otros tengan la posibilidad de mejorar su calidad de vida a través de él y de educarnos el alma, como decía Gabriela Mistral.
Porque de eso se trata el arte finalmente… es un canal potente para derribar límites, para conmoverse, cuestionar, reflexionar, y de esta forma, tener la posibilidad de ser mejores personas.
Reconocer el aporte de los artistas es, en parte, un acto de justicia. Pero, además, es fundamental que la ciudadanía reconozca la importancia de su quehacer y el rol social que cumplen en el desarrollo de la cultura y de la identidad nacional.
Porque la creación artística sirve de puente para que una sociedad pueda mirarse al espejo, sentir su pulso, comprenderse de una manera sensible, transformadora, innovadora y crítica.
Son los artistas quienes modelan y dan voz a la diversidad cultural de un país. La reconocen, la piensan y la representan críticamente. Los artistas, son también, catalizadores y administradores de las sensibilidades locales. También han sido protagonistas en procesos históricos y sociales.
En definitiva, a través de su sensibilidad, los creadores pasan a ser los sensores de una sociedad, que detectan, o incluso anticipan, síntomas muchas veces invisibles en medio de la cotidianeidad.
Pero bien sabemos que la creación requiere ser difundida para que la reflexión, la emoción, los cuestionamientos o sueños que genera, puedan ser compartidos por otros. No me cansaré de afirmar que lo que no se comparte se pierde.
Y es allí, entonces, donde esta ceremonia adquiere mayor relevancia. Porque al reconocer a los creadores, potenciamos el poder que su obra puede llegar a tener en la ciudadanía.
Por eso debo relevar el invaluable aporte que realiza el Círculo de Críticos de Arte a la hora de propagar el trabajo de los artistas nacionales.
Siempre lo digo -y hoy quiero recalcar mis agradecimientos- a todas las y los periodistas y críticos que nos muestran lo que está pasando en la escena nacional, que con su reflexión y conocimientos, orientan, analizan y dan contexto, traduciendo la complejidad que a veces suponen los procesos creativos.
En una sociedad donde la educación artística aún nos plantea muchos desafíos por delante, la labor que ustedes realizan es crucial en tanto mediadores y traductores del lenguaje y los códigos artísticos.
Es un trabajo que se vuelve fundamental cuando pensamos en la creación de nuevos públicos para la más amplia gama de expresiones y espectáculos artísticos.
Ustedes son los vasos comunicantes. O si prefieren, los inductores para asombrar a las audiencias. ASOMBRO significa sin sombra, o sea a la luz.
Son, por tanto, los encargados de iluminarnos, convirtiéndose en un pilar importante en el proceso de democratización de las culturas y las artes.
Contribuyen también a la profesionalización del ecosistema artístico de nuestro país. Porque el creador también incorpora vuestro lenguaje para enriquecer su labor.
Este año, además, esta ceremonia es particularmente especial para nuestro Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio porque la Bienal Nacional de Esculturas, que se exhibió hasta hace pocos días en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, dependiente de nuestra cartera, ha sido reconocida en la categoría Artes Visuales Colectiva. Esta muestra fue una oportunidad invaluable de ver piezas pocas veces exhibidas y de acercarse a la historia de la escultura contemporánea chilena.
Esta Bienal además ofreció una posibilidad de conocer el proceso creativo de talentosos artistas, clásicos y emergentes. Y a demostrar que Chile no solo es país de poetas sino que también de grandes escultoras y escultores.
Agradezco al Círculo por haber convertido esta ceremonia en una rito necesario, el que sin duda redundará en el futuro del quehacer artístico y en el de los nuevos públicos.
Felicitaciones nuevamente a los ganadores.
Muy buenas tardes.