Como parte de la rearticulación de la agenda de conciertos en pandemia, últimamente se reeditó el tradicional Ciclo de Piano organizado por el CEAC, esta vez en el Teatro Municipal de Las Condes, insertándose dentro de las actividades oficiales de este último espacio.
Destacable es el perfil de actividades del TMLC, con un sano balance programático de lo clásico y popular, y conforme a buenos estándares cualitativos. Así, importantes han sido los proyectos impulsados en producción de óperas, musicales, teatro y otros, dando cuenta de una relevante difusión de las artes musicales y escénicas.
Asimismo, los productos del CEAC como factoría artística per se junto a sus cuerpos estables como la Sinfónica Nacional, el Ballet Nacional Chileno, la Camerata Vocal y el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, ostentan importantes trayectorias en la vida cultural del país. En este contexto, el Ciclo de Piano del CEAC, que convoca a los más destacados pianistas residentes en Chile y esporádicamente a otros de otras latitudes, se ha ganado un meritorio espacio.
Ante la “pandémica interrupción” por más de un año, esta reeditada versión contempló a importantes pianistas locales, y por primera vez fuera de su sede habitual del Teatro de la Universidad de Chile, surgiendo la interrogante si a futuro continuará en Las Condes, o bien un retorno a su sede histórica…
El primer programa estuvo a cargo de la destacada pianista alemana residente en Chile Beatrice Berthold, junto a un interesante programa español. Con una importante trayectoria europea y a la vez una interesante producción discográfica, Beatrice Berthold ha tenido buena afinidad con este repertorio, plasmado en excelentes resultados en vivo y grabaciones. Además, ante escasas presentaciones con pianismo español -de atractiva factura-, amén de las credenciales de la maestra Berthold, constituyó gran interés poder asistir.
Abrió con una ora apasionada, ora veloz lectura de “Los Requiebros” y “Quejas o La Maja y el Ruiseñor” de las “Goyescas” de Enrique Granados. Así, en todo momento, la pianista germana dio cuenta de una acaba técnica de ejecución con debida claridad de voces e irreprochable legato, no obstante, a ratos, con peligrosos atisbos de desdibujo discursivo. Y del mismo Granados, una deslumbrante versión del “Allegro de Concierto”, con acabada técnica y arrojo expresivo.
De Joaquín Turina, una serie de números del “Canto a Sevilla”, donde el sentido del color más su compleja articulación interna requieren de cabal consubstanciación, elementos plenamente hallados en Beatrice Berthold. Y de Isaac Albéniz, “Córdoba”, de “Cantos de España”, con una asimilada lectura, precisa digitación, hermosos fraseos y certeros matices, finalizando con pleno idiomatismo el bloque español de la presentación.
Se dio término con 4 piezas del “Ciclo Brasileiro” de Heitor Villa-Lobos, apartándose, en parte, de la temática “El Pianismo Español”, intitulada en la difusión previa y en el programa de mano. Igualmente, hubo coherencia al inscribirse en un repertorio esencialmente latino. Berthold, nuevamente a sus anchas, brindó idiomáticas lecturas en espíritu y carácter.