Jorge Elliott Garcia, fue tal vez la persona más influyente en el mundo del arte en el Chile de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Su vida estuvo matizada de circunstancias tales que lo convierten en una leyenda. Su rol como teórico del arte, es decisivo en el entendimiento de las artes visuales de su época, donde la consigna era la de hacer grandes cambios culturales, económicos, sociales y políticos.
Irrumpe en 1950 en la Universidad de Concepción, con una Conferencia sobre de Literatura Inglesa. Jorge Elliott, fue enviado a la ciudad de Concepción, por The British Council como subdirector del Colegio Ingles de dicha ciudad. En esos momentos el directorio del Teatro Experimental de la Universidad de Concepción lo invitó a hacerse cargo de la dirección artística, en vista de que poseía considerable experiencia como director escénico, de la obra La Vida es Sueño de Pedro Calderón de la Barca. En el grupo de actores convocado para actuar en la obra estaban considerados los hermanos Duvauchelle.
Al hacerse cargo de la rectoría de la Universidad de Concepción, en el año 1951, David Stitchkin, convocó a Jorge Elliott, quien ya en ese entonces era docente de literatura inglesa en esa casa de estudios y había sido el primer director del Teatro de la Universidad de Concepción (TUC) una vez anexado a la universidad. Elliott, junto al poeta Gonzalo Rojas, crearon y gestionaron las Escuelas Internacionales de Verano, las Jornadas de Estudio en Iquique y los encuentros de escritores tanto los nacionales como los internacionales.
Elliott en 1954, recomendó a su amigo de la infancia de Quillota, Óscar “Tole” Peralta para trabajar en la Escuela Libre de Bellas Artes de la Universidad de Concepción. Peralta fue nombrado director y profesor de pintura. Elliot y Peralta materializaron proyectos de gran relevancia cultural tanto para la ciudad, como para la universidad, como lo es la Pinacoteca de Arte.
Con posterioridad a su paso por la Universidad de Concepción, viaja a Gran Bretaña, con una beca del The British Council. Regresando al país en 1958, incorporándose como docente en la Escuela de Arte de la Universidad Católica. En sus clases sobre arte precolombino resaltaba la influencia que este debía tener en el quehacer de los artistas nacionales.
Jorge Elliott, paralelamente también tuvo una inclinación por la pintura, logrando un reconocimiento por Antonio Romera, quien en su libro Historia de la Pintura Chilena, lo menciona significativamente, con el siguiente párrafo alusivo:
Jorge Elliott (1916) tiene de la naturaleza un sentido monumentalista.
Sus visiones de la geografía del norte chileno están marcadas por el acento
mineralógico; son como un caos plástico de manchas convulsionadas. Sus
ritmos plásticos de gran desarrollo formal y de un cromatismo evocador
del drama proceden sin duda de Cézanne. más la naturaleza americana.
En la obra de Elliott se advierte el rigor de sus múltiples disciplinas intelectuales
Es interesante recordar su relación con Nicanor Parra. Jorge Elliott, el solo hecho de darlo a conocer en 1957, en la Antología Crítica de la Nueva Poesía Chilena lo coloco en conocimiento del mundo literario del país, como un innovador de la poesía. En este libro Elliott, va más allá del simple análisis de las tendencias en la poesía, sino que nombra específicamente a los poetas. Al efecto, en el libro los menciona directamente:
Esto implica maduración real, y no se observa solamente en poetas como Neruda y la Mistral, sino también en otros más jóvenes como Nicanor Parra, Eduardo Anguita y Gonzalo Rojas.
Como dominador innato de la lengua inglesa, toda vez que su padre, fue un ingeniero inglés avecindado en Chile, tradujo los Antipoemas de Nicanor Parra a dicho idioma, siendo la primera versión más completa al inglés en las ediciones City Lights de San Francisco, en el año 1960, dirigidas por el poeta Lawrence Ferlinghetti, lo que implicó el libro y su autor se dieran a conocer ampliamente en los círculos literarios norteamericanos.
Los eventos culturales internacionales realizados en Chile, en la década del 60 del siglo pasado, marcaron un hito importante para la literatura nacional, donde Elliott tuvo una significativa participación:
En 1960, Primer Encuentro de Escritores Americanos, celebrado bajo los auspicios de la Universidad de Concepción, con asistencia de escritores y críticos de todo el continente, incluidos los Estados Unidos. En este encuentro Nicanor Parra contactó a los poetas beatniks Allen Ginsberg y Lawrence Ferlinghetti.
En 1962, el Congreso de Intelectuales de Concepción, efectuado en el marco de la VIIIa Escuela Internacional de Verano de la Universidad de Concepción.
En 1966, el Primer Congreso de la Comunidad Cultural Latinoamericana, reunido en la ciudad nortina de Arica.
En 1969, el Encuentro latinoamericano de Escritores, organizado por la Sociedad de Escritores de Chile y celebrado en las sedes provinciales de Santiago, Valparaíso y Concepción.
Jorge Elliot fue nombrado en el cargo de director del Instituto de Extensión de Artes Plásticas (IEAP) de la Universidad de Chile, donde hizo uso de sus habilidades como gestor cultural internacional, actividad un tanto desconocida para la época, imponiendo de esta forma, una política cultural destinada a apoyar a los artistas nacionales, en certámenes internacionales. Es así, como Lily Garafulic obtuvo Mención Honrosa IX Bienal de Sao Paulo, Brasil, el año 1963. Jorge Elliot solicitó a la artista nacional Valentina Cruz una de sus obras, para ser enviada a la Bienal de Arte Joven de París de 1966. Obra que obtuvo el Primer Premio de Escultura en dicho certamen, consistente en una beca para estudiar en París.
La importancia del Instituto de Extensión de Artes Plásticas, en el mundo del arte nacional era muy grande, entre otras funciones, organizaba el Salón Oficial anualmente. Fue fundado en 1945 y disuelto en 1976. En el año 1963 estaba conformado, por el rector Juan Gómez Millas, el decano de la Facultad de Bellas Artes Luis Oyarzun y Jorge Elliott como director. Los miembros del IEAP, eran Sergio Montecinos, Nemesio Antúnez, Tomas Lagos Luis Vargas Rosas, Ventura Galván, María Fuentealba, Gregorio De la Fuente, José Caracci, Maruja Pinedo y Fernando Morales. Todos ellos connotados intelectuales y artistas chilenos.
Su legado se vio finalizado con su libro Chile y el Subdesarrollo publicado meses antes de su fallecimiento. El libro se lo dedicó a la memoria de su hermano Stanley
Elliott, : …“quien, de estar con nosotros, habría escrito uno semejante, pero más certero y profundo”.
Mucho se puede rememorar de la obra de Jorge Elliott, pero tal vez lo que más resalta es su poder ejecutivo y de convencimiento, era una gran líder, que contribuyó sin lugar a dudas a un desarrollo del arte nacional, abriendo las puertas a muchos artistas para su consagración, imponiendo una critica, valiosa y desinteresada.
* En la fotografía principal, con el Presidente Kennedy, Elliott en la esquina izquierda