Danza
12 de Octubre, 2023

“Ki, la respiración del tiempo”; una danza hecha poesía

Por César Sepúlveda V.

El V Festival Internacional de Butoh (Fibutoh), que se desarrolla desde el 28 de septiembre hasta el 22 de octubre de 2023, y que organiza la Compañía Ruta de la Memoria dirigida por su fundadora Natalia Cuellar, presentó desde el 5 al 7 de octubre, a las 20:00 horas, en el Teatro Camilo Henríquez, la obra “Ki, la respiración del tiempo” interpretada por la misma Cuellar.

Por nuestra parte, asistimos a la función de estreno el día 5 de octubre. Entre el público se encontraba la maestra, coreógrafa e intérprete de Butoh, Makiko Tominaga, considerada una de las grandes exponentes de este arte en Europa y que se encuentra en Chile, gracias a este festival, para la realización de talleres y presentación de su obra para este 21 de octubre. 

Hablar de Butoh es complejo, no es fácil a buenas y primeras, porque no es danza como tal, pero tampoco es teatro, y son las dos consignas comúnmente utilizadas para hablar de ella. Creo más acertado decir, y con esto peco de osadía, que es una “acción poética en movimiento” o “poesía en movimiento”, porque es justamente eso. Una expresión artística de lo bello o no (independiente de su origen) que a través de sus movimientos se expresan sentimientos, emociones o reflexiones de la vida de la forma más honesta posible, sin artilugios o acciones sin sentidos, es decir, cada trabajo es una escritura lo más sensible, concreta y real. 

“Ki, la respiración del tiempo”, es una pieza de no más de 30 minutos, que según el texto, pretende reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre la memoria celular de los cuerpos, la piel o de la misma intérprete. En la cultura orienta la energía KI o Qi, es considerada como la fuerza vital que fluye en toda nuestra la naturaleza, por tanto, también es la que fluye en nuestra existencia como seres.

Sobre el escenario se ubica suspendida, una burbuja de color rojo que durante la obra se va trasportando de lugar, como si fuera un útero de diferentes vidas que han transitado sobre la misma persona.

Al verla danzar (para utilizar el término danza) ella inicia desde el suelo como si fuera un ovillo, célula, feto en el útero, etc., donde se va construyendo, asumiendo, desarrollando su propia historia y de todos sus antepasados. Ella es orgánicamente toda su genealogía. No se verán virtuosismos corporales, grandes saltos o un gran despliegue espacial, solo un cuerpo que se construye y desarrolla. 

Mientras veo a Natalia desarrollar su arte, pienso, qué bello es sentir que en mi cuerpo circula la sangre de mi madre, padre, abuela, abuelo y así sucesivamente todos mis antepasados. Curiosa posición es donde te lleva, qué pasa en mí sabiendo esta consigna, yo soy todos ellos, sus vivencias e historias, es decir, no somos totalmente nuevos, somos una constante de vida y muerte, comienzo y término, pero anidados en un antes, nuestro pasado en un cuerpo presente, y tal vez, seremos el pasado en un cuerpo futuro. 

Si bien el párrafo anterior, es referido a mis interpelaciones y sensación, creo válido publicarlos, porque nacen de la visualización y ejecución del trabajo de 

Cuellar, como si ella fuera una fuente motora de sensaciones y agitaciones, legitimando la honestidad del trabajo. 

La composición de Pablo López, personaje que ya es recurrente en obras de danza independiente, y del que conozco sus trabajos, ya que he participado en una obra de su factura, es un creador que escucha a los coreógrafos para aunar ideas y encontrar la pieza necesaria para el fin de la obra. En esta pieza, consigue bellos sonidos que son emotivos y jamás compiten con la protagonista. 

La iluminación de Anita Moya es desarrollada para dar siempre el protagonismo a la intérprete y el vestuario de Lorena Álvarez, de simple factura, acentúan el objetivo.

En resumen: “Ki, la respiración del tiempo”, es una obra simple en movimiento, pero de una enorme profundidad y poesía.