Música
09 de Diciembre, 2021

La Sinfónica en tutti apertura…

Por Jaime Torres Gómez

Un concierto totalmente abierto a la comunidad realizó la Sinfónica Nacional de Chile en el Teatro Municipal de Las Condes, luego de una temporada muy acotada de público en su sede del Teatro de la Universidad de Chile.

Lo anterior es relevante ante el bajo perfil de las presentaciones previas, producto de las restricciones de aforo imperantes en el teatro universitario desde la apertura en pandemia de las salas de espectáculos, adquiriendo carácter de “experimental o marcha blanca” el desarrollo de sus presentaciones en dicho lapso. 

De esta forma, esta presentación en el Municipal de Las Condes constituyó una suerte de “estreno en sociedad” de la Sinfónica, reencontrándose con una amplia cantidad de público e incorporándose a una inmejorable plataforma expansiva de sus actividades, considerando una importante demanda cautiva que dispone dicho espacio, ante su interesante y transversal línea editorial. Y ante el éxito del ciento por cierto de la capacidad disponible, debiera propenderse a la realización de más conciertos de la Sinfónica Nacional en dicha comuna.     

Con una deslumbrante dirección destacado maestro Rodolfo Saglimbeni, titular de la agrupación, exhibió una completa recuperación del nivel histórico, tras un año y medio sin trabajar en grandes formatos. 

Se contemplaron obras muy queridas por un amplio público, como la Obertura-Fantasía “Romeo y Juieta” de Tchaikovsky y la Quinta Sinfonía de Beethoven, atractivas para colmar la sala. Y fuertes expectativas existían por ver ambas obras en manos de Saglimbeni: en el caso de la pieza homónima shakesperiana, ante importantes recuerdos en sus contribuciones tchaikovskianas, y en la Quinta beethoveniana, con triunfales presentaciones previas.    

Literalmente “memorable” la versión ofrecida de Romeo y Julieta, discurriendo cada escena con empática atmosferariedad. Descripciones de absoluta comprensión argumental, con un neurálgico arco anímico entre lo jubiloso, angustioso y contemplativo. Enjundiosas exposiciones de lo melódico sin caer en melosidad, como arrebatadoras lecturas de lo tormentoso sin rozar en destemples, y un soberano manejo de las transiciones temáticas como hilos conductores. La Sinfónica, en estado de gracia, completamente dúctil ante su maestro titular…        

Y la Quinta de Beethoven -curiosamente poco frecuentada pese a su gran popularidad, y por lo tanto muy bienvenida-, contó con una renovada interpretación de Saglimbeni, quien en dos ocasiones la había ofrecido con notables resultados. En esta oportunidad se hizo conforme a la edición crítica de la Editorial Bärenreiter, al parecer más fidedigna a la partitura original. Con una sonoridad más diáfana y aligerada, asimismo con menos vibrato respecto a lo acostumbrado, además acierta en el tratamiento de las dinámicas. Excelente cometido del maestro Saglimbeni, con una lectura de atrapante desarrollo, dictando otra vez cabal autoridad de cátedra interpretativa de la música del genio de Bonn. La respuesta de los sinfónicos, a un altísimo estándar.  

En suma, una descollante presentación de la Sinfónica Nacional, engalanando con “tutti” su debut ante un importante público presencial…