En solo cuatro funciones del 10 al 13 de julio, el principal teatro del país como es el Municipal de Santiago presentó al Ballet de Santiago en su segundo título de la temporada 2024. Bajo la dirección artística César Morales, en esta oportunidad exhibió el ballet “María Antonieta” del coreógrafo francés Thierry Malandain, con la reposición de Frederik Deberdt. ex bailarín y actual maestro de Ballet Malandain de Biarritz, desde el 2022.
La obra nace por encargo del director de espectáculos de Versalles en el 2018, y estrenada en marzo del año siguiente en la Ópera Real de Versalles, por la compañía de Thierry Malandain y narra la historia de María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, más conocida por María Antonieta de Austria, reina consorte de Francia y última soberana, debido a la revolución francesa y su famosa muerte en la Guillotina.
La mano de Malandain, no es primera vez que se presenta en Chile, recordemos que el Ballet Nacional Chileno y bajo la dirección artística de Gigi Caciuleanu, exhibió en su temporada 2011 y más específicamente en junio de ese año, la obra “La Sangre de las Estrellas” (Le sang des Etoiles), pieza ecologista estrenada en Francia el 2004, con música de Mahler, Strauss, Waldteufel y Minkus. En Chile la música fue interpretada por la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, bajo la dirección del maestro Nicolás Rauss, en su Teatro Universidad de Chile. Además, el diseño de vestuario igualmente fue creado por Jorge Gallardo, del que puedo decir de primera fuente, que su ejecución es francamente exquisita por su belleza, como por la comodidad para ser utilizada para bailar.
El pasado miércoles 10 de julio a las 19:00 horas, fue el anhelado estreno “María Antonieta”, puedo comentar, que al llegar al teatro me sorprendió y asusto por estar cerca de la hora de inicio, la existencia de una larga fila de gente esperando entrar al recinto, que se extendía por casi una cuadra de prolongación, lo que hace pensar que por fin estamos volviendo a colmar las salas.
Lamentablemente, aún existe el esnobismo de algunos de querer ser vistos en este emblemático teatro, que están más preocupados de quienes están sentados en las sillas del recinto, de la selfi y no respetar la obra que se presenta, ya que una vez iniciada la obra, la sala más parecía un consultorio de gente con problemas bronquiales.
Una sala merece el respeto de los asistentes, que debe ser antes, durante y después, y quiero repetir después, porque es desagradable ver como algunos se retiran una vez finalizada la obra, sin esperar los saludos y dar los aplausos a los artistas, como todo el equipo técnico que hace posible la obra. Por tanto, un tirón de orejas a todos esos precipitados espectadores.
Sobre la obra
La pieza pretende mostrar la vida de la soberana en catorce eventos de su vida; desde su llegada a contraer matrimonio, con tan solo catorce años con el delfín Luis, futuro Luis XVI, hijo de Luis XV; su estadía en Versalles para luego convirtiéndose en reina de Francia y finalizar su reinado bajo la guillotina. A la vez relacionando toda su vida con la música del compositor austríaco Franz Joseph Haydn, compositor preferido por la consorte.
Las obras escogidas para contar su historia son las Sinfonías N.°6 (la mañana), su llegada; N.°7 (el mediodía) su estadía y N.°8 (su fin) como el descenso y fin de su gloria. Además, de utilizar la Sinfonía n.°73 y movimientos de la obra del compositor Christoph Willibald Gluck, más efectos sonoros que refuerzan la historia.
La partitura como es de costumbre fue interpretada por la Filarmónica de Santiago, bajo la dirección del maestro Pedro-Pablo Prudencio, que ya nos tiene acostumbrados a su calidad y sonido. Por su parte la iluminación estuvo a cargo de François Menou y, la escenografía, como el vestuario de Jorge Gallardo, pero más adelante hablaremos con más detalles de este punto
Sobre el desempeño de la compañía
Podemos aseverar que fue muy positivo el trabajo del elenco en general y que, en lo particular, en la noche de estreno los personajes principales estuvieron a cargo de: Katherine Rodríguez en el rol de María Antonieta, que estuvo a la altura de una reina, elegante, plástica y sólida; Emmanuel Vazquez, que ya nos tiene acostumbrados a su calidad técnica y belleza sobre el escenario, ejecutando el rol de Luis XVI, con distinción y plasticidad; con un correcto desempeño fueron Lucas Alarcón, en el papel de Luis XV; Mariselba Silba, en Madame du Barry y Cristopher Montenegro en Fersen. Quien fue una grata sorpresa por su crecimiento escénico y acaparar la mirada placenteramente fue Matías Romero, en el rol de Perseo, a este bailarín lo vimos el año 2023 en un rol protagónico en el ballet “Callas, la Divina”, en el rol de la voz, por tanto, se ve su cambio y desarrollo.
Sobre el vestuario y escenografía
Tal vez puedo no ser tan objetivo, porque me declaro fans de los diseños de Jorge Gallardo, puedo decir que son de gran belleza y originalidad, muy acertados los colores en las tres etapas de la protagonista: auge (Blanco), gloria (tonos de color) y decadencia (negro). Por su parte la escenografía es colorida sin dejar de ser refinada.
Si puedo nombrar algo que no fue de mi agrado, es que los personajes principales deben tener un vestuario que los identifique por sobre el resto de los bailarines, más allá de la estructura de la coreografía y más si no tienen el apoyo en la eliminación, debido a que se pierden en los movimientos grupales.
La escenografía contiene más allá del colorido telón de fondo, varios marcos de cuadros, que marcan los tres espacios de esta caja escénica (recordemos que el público ocupa la cuarta pared), que me hacen pensar más, que fue creada para y por el espacio donde fue estrenada la obra que es la Ópera Real de Versalles y que curiosamente, fue el sitio donde se realiza el matrimonio y el inicio de este ballet.
Sobre la coreografía
Existen varios cuadros que son interesante de ver y gratos coreográficamente por su diseño espacial, como de piso. Sin embargo, el ser tan alejado a nuestra historia la vida de la reina consorte, más allá de que termina en una guillotina y a las películas de época que toman su figura, muchos de los cuadros del ballet simplemente se convirtieron en bonitos cuadros de movimientos.
Fotografías: Patricio Cortés