Este 7 y 8 de enero se presentó en el Centro GAM, y dentro de la programación del 30° Festival Internacional Teatro a Mil, la obra de danza contemporánea Morpho del coreógrafo nacional Joel Inzunza. Pieza que fue estrenada en el mismo centro, entre el 23 de abril y el 15 de mayo del 2022, con una duración de cincuenta minutos, y si bien, se presentó como una pieza en proceso en esa oportunidad, como el mismo creador declaró en notas de prensas, “aunque la obra no se decreta como work in progress, esta no se proclama como una obra terminada, pues la lucha por la visibilidad tierna y respetuosa sobre identidad y género continúa”, y por lo visto en esta última fecha, aún sigue en desarrollo, y no concluida. Lo que más lamento, es que se aprecia como una experiencia para los propios intérpretes y no una obra escénica para poner en las tablas.
Al entrar el público en la sala, se encuentra con cinco cuerpos acostados y distribuidos en el piso, bajo el diseño lumínico de Nicolás Jofre. Imagen atractiva para iniciar la obra. Luz baja que nos obliga a descubrir los cuerpos, que bien nos podría hablar de la temática de cuerpos no binarios y mirar con ojos que buscan la transversalidad de géneros y no las etiquetas de las dos unidades, masculino y femenino. Sin embargo, esta penumbra se mantiene a lo largo de la pieza, desdibujando el argumento de la obra, su proceso de investigación, lenguaje de movimiento y performance a la que alude el texto, ya que se pierde en el camino. Solo encontrando la luz en los 10 minutos finales, debido al aumento de la luz y al vestuario que, desde un negro total, incluida la cara, pasa a la desnudez y malla de color piel, a cargo de Ignacia Peralta que aparece responsable de la asesoría estética y de Rodrigo Vidal en la realización de este.
Joel Inzunza, es un laborioso de la danza, bien lo reconocen sus estudios académicos, clases y master class que ha realizado en Chile como en el extranjero, y su basta trayectoria en el oficio, o sus trabajos coreográficos como la aplaudida pieza “Antes de Partir” estrenada el 2016 en el centro Cultural Matucana 100, que habla sobre el proceso de migración y cambio climático y que en noviembre del 2022 fue reestrenada en el Teatro Biobío con un elenco regional. También recordamos “Viola Volcánica”, ejecutado junto al Ballet Nacional Chileno el 2017, en su ciclo “Mujeres íconos” obra inspirada en la figura de Violeta Parra y como festejo de los 100 años de su natalicio. Sin embargo, en esta oportunidad quedo solo en sutilezas y subjetividades.
La música incidental de Morpho que resuena sugerente y atractiva, está a cargo el destacado músico nacional José Tomás Molina, premio pulsar 2021 a “Mejor Música Para Audiovisuales” por el cortometraje “Bendición” de Herman Choque. Por otra parte, interesante es el trabajo y cuadro de Daniella Santibáñez, quien amarrada en su cintura por una cuerda que va desde la diagonal de la sala, le permite mostrar y atarearse en interesantes ejercicios de saltos y corporalidades fuera del eje propio de un cuerpo libre.
La obra se presenta en el papel para mayores de doce años y con un texto sobre los cuerpos no binarios o tercer sexo, que la verdad no se ve muy reflejados en la función. Además de los pocos momentos de fraseos coreográficos, estos se ven algo deslavados. Sin embargo, la temática es interesante, atractiva y valiente de tratar, que bien podrían ser más visuales y no solo quedarse en sofismas e imparcialidades.