"El mal ha vuelto"
Es la nueva versión (reimaginación) del largometraje expresionista clásico mudo "Nosferatu, eine Symphonie des Grauens" (1922), que a su vez, es una adaptación de la novela "Drácula" de Bram Stoker (1897).
Alemania 1838. Thomas Hutter (Nicholas Hoult) y su mujer Ellen (Lily-Rose Depp), constituyen un matrimonio que vive feliz en la ciudad de Wisborg. Hutter trabaja para Heer Knock (Simon McBurney), un agente inmobiliario que lo envía a las montañas de Transilvania, en los Montes Cárpatos, para finiquitar la venta de una finca al Conde Orlok (Bill Skarsgård).
Tras un complicado y siniestro viaje lleno de escalofriantes experiencias para cerrar el lucrativo negocio, Hutter es recibido por el anfitrión solícito y hospitalario de Orlok, pero los nervios, y también los somníferos bebestibles de su anfitrión, hacen que caiga en un profundo sueño. Al despertar descubre la marca de unos colmillos, y pronto comprenderá que el Conde es, en realidad, un vampiro.
Mientras tanto en la ciudad, su mujer se queda en casa de su amiga Anna (Emma Corrin) junto a su esposo Friedrich (Aaron Taylor-Johnson ) y dos hijas pequeñas. En dicho lugar, Ellen, mantiene pesadillas que nadie puede lograr entender, llamando al médico de cabecera, quien, ante diversos tratamientos, recomienda a uno de sus antiguos profesores que fue apartado de la medicina por tener métodos nada convencionales y no aceptados por todos, el Profesor Albin Eberhart Von Franz (Willem Defoe), quien vendría a ser un Van Helsing, el que, dentro de su obsesión por lo oculto, puede desenmarañar la "enfermedad" que está padeciendo Ellen. Mientras el Conde Orlok viaja hacia la ciudad en barco, desata la muerte con él, y trae consigo una plaga de ratas que provoca una peste despiadada.
La cinta nos transporta al suspenso y terror real, lo cual no es significado de saltitos (jumpscare), sino que mediante un ser monstruoso que no vemos en un comienzo, pero su sombra y profunda voz nos da curiosidad y respeto, nos va inmiscuyendo en la historia, provocándonos, en momentos, cierta tensión. La fotografía presentada es hermosa, cada cuadro es una pintura lúgubre, gótica y poética. El vestuario está muy bien representado, es de otra época, con una excelente puesta en escena llevándonos a la antigüedad.
El maquillaje está muy bueno. El juego de luces y sombras se trabajó cuidadosamente. Las actuaciones están entre correctas a muy buenas, nadie está de sobra ni actúa mal, a mi parecer. Dafoe no es ajeno a esta película, influyó mucho su participación con la experiencia ya de Orlock en su oportunidad, dándonos cátedra de su profesionalismo en cualquier rol. Hoult y Taylor-Johnson aportan bastante a la trama. LilyRose y Emma dan ese toque femenino de delicadeza, vulnerabilidad y fuerza.
Tal vez podría reparar en la caracterización de Orlock, quien se parece más a cierto dictador ruso que un ser cautivador de las penumbras. Pero su presencia se impone entre las sombras; Skarsgård trabajó muy bien la voz y su pausado movimiento.
Eggers nuevamente nos trae el folk horror que lo caracteriza, antiguas leyendas con su toque especial bien dirigido.
Un guión antiguo y bien adaptado, donde las pasiones se desatan más allá de la frontera, donde no existe impedimento para llegar a los brazos del ser amado. Y el sacrificio por amor se ve reflejado en un amanecer romántico y despiadado.
Ficha técnica
Guion y Dirección: Robert Eggers
Basada en “Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” de Friedrich Wilhelm Murnau. Drácula de Bram Stoker
Música: Robin Carolan
Fotografía: Jarin Blaschke
Vestuario: Linda Muir
2024. 132 minutos
Género: Terror gótico. Vampiros
Idioma(s)Inglés, Alemán, Rumano, Ruso