Con éxito continúa la temporada de la Orquesta de Cámara de Chile, habiéndose presentado últimamente junto a la destacada maestra francesa Nathalie Marin, en un atractivo y ecléctico programa.
Con frecuentes presentaciones en Latinoamérica, esta directora no es desconocida en Chile, recordándose gratamente su trabajo hace años con la Sinfónica Nacional, y debutando ahora en la OCCH otra vez con gran solvencia artística.
Siguiendo con la tradicional itinerancia (3 presentaciones en distintas comunas de Santiago), se asistió a la correspondiente al Teatro California, en la comuna de Ñuñoa, sede de la agrupación y de excelente acústica, dando cuenta otra vez de una muy buena asistencia de un numeroso y entusiasta público fidelizado.
De completo acierto programático el inicio con la Obertura de la ópera “La Isla Deshabitada”, de F.J. Haydn, basada en el texto del poeta y libretista italiano Pietro Metastasio (1698–1782), a su vez encargado por el famoso cantante castrato del Siglo XVIII Farinelli. Grandes logros en indicaciones de carácter, fraseos, contrastes y texturas por parte de la maestra invitada, más atentas respuestas de los camaristas nacionales.
Seguidamente, el estreno mundial de “Alegorías”, de la compositora argentina Nelly Gómez, compuesta especialmente para la Orquesta de Cámara de Chile, y quien viajó especialmente desde el país trasandino para presenciar esta ocasión. Del todo interesante su trama interna, con un ecléctico uso de recursos compositivos más alto empoderamiento discursivo -de profunda interioridad-, reflejando, en palabras de la propia compositora, una “representación de sensaciones, sentimientos, deseos, necesidades, convicciones, alegrías, tristezas, dolores, amores, desde mi universo, atravesado por todos los universos de los que formamos parte”. Sin duda, un inapelable aporte a la creatividad actual y completa anotación de mérito a la línea editorial de la Orquesta de Cámara de Chile.
Luego, una triunfal versión de la Obertura “Coriolano”, de L.V. Beethoven. Obra en sí de grandes contrastes entre lo brioso del tema oscuro de Coriolano al discurrir invadir Roma, como el remanso del tema que ilustra el ruego de su madre y su esposa para evitar tal propósito. Notable visión del todo de la autorizada maestra, con soberbio manejo de los contrastes y transiciones, amén de completa transparencia expositiva. Magnífica respuesta de los músicos en todo orden.
Finalmente, una magistral versión de la Sinfonía N° 4 “Italiana”, de F. Mendelssohn. De completo dominio, la maestra Marin hilvana una progresividad de discurso de atrapante linealidad, con impresionantes logros de carácter en cada sección, reflejando la frescura global de la obra, sacando a relucir con natural fluidez el devenir del flujo armónico, con inteligentes adopciones de tempi (de empáticas velocidades según los requerimientos), inflexiones y dinámicas. Soberbio manejo del contrapunto en el segundo movimiento, más extraordinarias progresiones expresivas globales. Y de completo ajuste la respuesta de los músicos nacionales.
En suma, otra sólida presentación de la Orquesta de Cámara de Chile, esta vez junto a una autorizada y experimentada maestra invitada, esperándose su pronto regreso por estas latitudes…