Danza
19 de Octubre, 2023

Push: Una pieza de DANZA, que logra su cometido.

Por César Sepúlveda

La obra de danza contemporánea “Push”, se presentó en el Centro Cultural GAM hasta el 8 de octubre, de miércoles a sábado a las 20:00 horas y los domingos a las 19:00 horas. Pieza coreográfica del coreógrafo nacional Pepo Urrea Silva y la compañía La Mutante. Por nuestra parte, asistimos a la función de estreno efectuada el jueves 28 de septiembre.

Urrea, hoy 2023, presenta su segunda obra dentro de su “trilogía del Impacto”, piezas que pretenden dar luz a la investigación sobre impactar y ser impactado. La anterior pieza fue “Punch” en el año 2020, y buscaba llevar el cuerpo al límite como una forma de redención o transformación.

Hoy, en su última creación, pretende hablar de la desilusión de la vida en estado de catalepsia, y mostrar el beso como una forma de recuperar las energías desgastadas.

Una de las primeras palabras, y de las que se agradece, es que en cada una de las obras de Urrea, hay mucha danza. Hoy, por alguna razón que no comprendo, se está haciendo costumbre ir a ver danza donde lo que no existe es ella, convirtiéndose solo en piezas performativas y discursivas a través de otros lenguajes, pero catalogadas como tal.

Cuando uno ingresa a la sala, se encuentra con el espacio vacío, donde solo existe una estructura metálica al centro del escenario, como un cubo de un metro de ancho por tres de alto, podríamos decir un pilar o un tótem, composición que para algunos pueblos es considerado como un protector. Desde esta, comienzan a salir los intérpretes, con movimientos inorgánicos, quebrados, inhumanos que permanecen durante toda la obra, provocando a la larga un cierto malestar en el público, esperando ver acabar esta dinámica, pero bien eso pretende.

Vivimos un estallido social que nos hizo sensibles y donde salieron a la luz pública, todos los descontentos sociales y políticos. Para luego sumergimos y pasar una pandemia que nos recluyó por un año, donde perdimos todo contacto sensible con nuestros pares, donde las turbaciones e inseguridades aparecieron, convirtiéndonos en seres con dilemas, dudas y desilusiones, sin saber para donde vamos como sociedad y personas. Para luego progresivamente ir a lo que estábamos acostumbrados, pero algo cambio, se quedaron los miedos y las incertidumbres.

Que significa el beso, acto donde nos conectamos con el otro, donde demostramos nuestro ser, quienes somos, que sentimos, espacio donde transmitimos nuestros fluidos orgánicos, como muestra de entrega y aceptación del otro.

La obra nos invita a presenciar esta experiencia y preguntarnos qué nos pasó en este tiempo, somos los mismos de antes, tenemos las mismas prioridades, sueños, mantenemos los miedos, quiénes somos, y quiénes seriamos si todo esto no hubiera pasado. Sin duda, Urrea nos bombardea satíricamente con preguntas que bien vale preguntarse.

Los intérpretes están compuestos por Gabriela Suazo, Javier Muñoz, Catalina Rojo, Alicia Pizarro, Alex Soprano, Francisca Wastavino, donde podemos afirmar que las damas son las grandes protagonistas de la obra, porque si bien participa gratamente Alex Soprano como interprete, él es principalmente el que entrega una muy buena sonoridad de la obra.

Ellas realizan unos interesantes fraseos coreográficos en conjunto, cerrados o unidos corporalmente, que son los únicos que salen de la monotonía esquizofrénica de movimiento, que se agradecen, como si fuera, un respiro dentro de este estado. Pero si puedo destacar a una de sus integrantes es a Catalina Rojo, potente, casi animal, con una fuerza desbordante que obliga a verla en cada momento.

El diseño lumínico de Matías Segura, que cumple cabalmente con el trabajo que se ejecuta, en los últimos momentos de obra, da unos bellos efectos de iluminación que se convierten en protagonista, debido a que los bailarines exhaustos y en estado de quietud corporal, dan pase a un juego lumínico como si este, quisiera seguir en esta vorágine de movimientos esquizofrénicos.

El vestuario a cargo de Pepo Urrea es completamente de color negro, dando protagonismo al mensaje de la pieza.

En resumen, una buena obra de danza, en tiempos de incertidumbre y conflictos.

Fotografías de Patricio Melo