Música
14 de Octubre, 2021

Sinfónica Nacional Juvenil en auspicioso inicio...

Por Jaime Torres Gómez

Las actividades musicales y artes escénicas en su conjunto, felizmente, han ido “in crescendo” en sus presentaciones con público. 

Sin embargo, aún no se dispone del ciento por ciento de la operatividad presencial en todas las instituciones, instándose, apenas las condiciones sanitarias lo permitan, a un pronto y pleno retorno de actividades.

En este contexto, en el Teatro Municipal de Las Condes, la agrupación estrella de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles (Foji), la Sinfónica Nacional Juvenil, ofreció su primera presentación en pandemia, siendo dirigida por su titular, el destacado maestro Maximiano Valdés

Con un inteligente y variopinto programa seccionado en familias instrumentales (conforme las normas de aforo permitido), consultó obras para percusión, vientos, bronces más un mediano ensemble de conjunto, transitando por distintos estilos y épocas, y alcanzando una convocatoria de cincuentena de músicos   .

Comenzando con la extraordinaria Toccata para Percusión del mexicano Carlos Chávez, pudo calibrarse el excelente nivel de los jóvenes percusionistas nacionales, sin duda bien transmitido por sus formadores. Históricamente ha sido reconocido el alto nivel de los percusionistas chilenos, sin duda de los más destacados a nivel latinoamericano. La versión del maestro Valdés destacó en dar relieve a los elementos melódicos más una certera visión unitaria, traducida en un prolijo manejo de las transiciones temáticas y prístina claridad de voces. 

Seguidamente, la sección bronces ofreció un arreglo de la Canzona IV de Giovanni Gabrielli, compositor veneciano de transición desde el Renacimiento al Barroco. Luego de un esmerado resultado, llegó el turno a la cautivante Fanfarría para el Hombre Común del norteamericano Aaron Copland, pieza confiada a una casi decena de bronces junto a una buena batería de percusiones. La versión ofrecida destacó por su claridad expositiva más una cuidada proyección sonora.

Con una deslumbrante versión de la Serenata para 13 instrumentos de Vientos de Richard Strauss se aquilató el excelente nivel alcanzado por los jóvenes músicos nacionales, más una notable dirección de Maximiano Valdés para esta demandante obra de juventud, tanto por sus requerimientos intrínsecamente musicales y exposición técnica. Y del todo autorizada la lectura de Valdés, como en otras oportunidades en otras obras straussianas, con un prolijo trabajo de ensamble, texturas, matices y dinámicas.

Y como colofón, una excelente versión de la Sinfonía N° 44 “Fúnebre” (“Trauersinfonie”) de Joseph Haydn, contemplando así un mayor orgánico de músicos, asimismo con mayor variedad (2 oboes, 2 cornos, fagot y cuerdas). Siendo una obra de contrastantes estados anímicos, sin embargo prima lo incisivo y lúgubre, ante lo cual se requiere una globalidad de control no menor de parte de la batuta. La respuesta de los “muchachos”, simplemente colosal… Gran labor de las cuerdas (sonido compacto y terso), maderas (con celebrado sentido de ensemble) y buena respuesta de los cornos, dando cuenta de un trabajo que no decayó en nivel durante toda la pandemia.

En suma, un auspicioso retorno de la Sinfónica Nacional Juvenil, evidenciando los frutos de un trabajo sostenido en el tiempo, consolidado por su experimentado actual maestro titular, y esperándose una pronta presentación con obras de mayor orgánico de músicos.