Y llegó por fin el momento de disfrutar de la V Gala Internacional de Ballet que organiza la Fundación Cultural de Providencia. Instancia comandada por su alcaldesa, la señora Evelyn Matthei, presidenta del directorio y Jorge González Granic, su director ejecutivo, un amante de la danza y conocedor de ella, que han logrado establecer este acontecimiento como el gran evento del año en la materia.
Es de esperar que este suceso que ya está en su quinta versión siga concretándose en los futuros años, y lo digo porque es el segundo periodo de alcaldía de la señora Matthei y, si bien puede postular a su tercer periodo alcaldicio, por lo que vemos va a las presidenciales. Además, la comuna de Providencia ha logrado consolidarse como una de las comunas con una nutrida agenda cultural de calidad, que la hizo merecedora del reconocimiento a su gestión cultural 2023 por el Círculo de Críticos de Artes, y cada vez que llega el instante de concertar la gala, esta supera con creces a la del año anterior, hecho que no debe perderse.
En esta oportunidad se presentaron primeras figuras y solistas del Hamburg Ballett, Staatsballett Berlín y Bayerisches Staatsballett de Alemania: English National Ballet de Inglaterra; Teatro Alla Scala de Milán de Italia y por nuestras tierras el Ballet de Santiago y Ballet Nacional Chileno. Y acá me detengo, porque es la primera vez que se encuentran ambas compañías nacionales presentes, lo que es muy bueno, ya es un reconocimiento y valoración por el trabajo que desarrollan.
La gala se presentó los días, martes 13 y miércoles 14 de agosto, a las 19:30 horas, en el bello monumento histórico como es el Teatro Oriente, ubicado en Av. Pedro de Valdivia. Por mi parte, asistí el día de estreno, fecha donde acude un gran número de invitados y balletómanos, que fue muy lindo de vivenciar, ya que por sus pasillos se encontraban directores de compañías, maestros, bailarines, coreógrafos, periodistas especializados y hasta con Marie-Agnès Gillot, Étoile (2004) del Ballet de la Ópera de París, es decir, "la crème de la crème" de la danza, y si no gusta la palabra, estaban todos los que evaporan amor por este oficio.
Por otra parte, está gala fue dedicada a la desaparecida Mary Rose Mac-Gill Herrera, quien nos dejó en julio de este año, si bien los medios siempre la asociaron a “la socialité chilena”, yo la recuerdo más bien, siendo un estudiante de danza de la escuela del Teatro Municipal de Santiago, como la directora de la Corporación de Amigos del Teatro Municipal de Santiago, recaudando fondos en los eventos artísticos-gastronómicos de “Sueño de una noche de primavera” que se realizaba en el Club Hípico de Santiago en los 90, o en múltiples circunstancias, donde yo ya siendo bailarín, ella era parte de la organización de encuentros de danza en las comunas de Vitacura, público de festivales de danza de Las Condes, en el Teatro de la Universidad de Chile o Municipal de Santiago, y ahora último, siendo parte activa del directorio de la Fundación Cultural de Providencia, es decir una mujer dinámica que siempre estuvo en pos del arte y la cultura. Por tanto, solo queda felicitar a los organizadores de este evento por este noble acto.
Pero vamos a lo que nos convoca.
La fiesta la abre el Ballet Nacional Chileno con la pieza creada especialmente para esta ocasión "Euritmia", de su director artístico Mathieu Guilhaumon y los bailarines Eduardo Diaz, Fabián Leguizamón, Ignacia Peralta y Morvan Teixeira, que desplegaron belleza y dinamismo.
Para continuar, llegó el turno del pas de deux de "La Esmeralda", interpretado por el primer bailarín Julian Mackay y la solista Liza Avsajanishvili del Bayerisches Staatsballett, con coreografía de Jules Perrot y música de Cesare Pugni. Ambos bellos bailarines de lindas líneas, ella de una gran extensión y elevación de piernas. Lamentablemente, y tal vez por ser los primeros de este derroche de talento clásico, no fueron perfectos en casi ni una las pirouettes de su primera presentación, además del imperdonable de tener descosido o separado el tutú del corsé, pero que en la segunda parte del programa, cerraron con el pas de deux de "Don Quijote", derrochando belleza, destreza y perfección.
El tercer cuadro de la primera parte fue el dúo de primeros bailarines del Staatsballett Berlín, conformado por Polina Semionova y Martin Ten Kortenaar, que presentaron "On The Nature of Daylight", con coreografía de David Dawson y música de Max Richter. Ambos bailarines espigados, delgados de bellas líneas y nobleza, que provocaron un deleite visual al verlos desarrollar un lindo trabajo coreográfico más contemporáneo y que, por otra parte, fue un estreno para Sudamérica.
Estos mismos bailarines en la segunda parte del programa, presentan el pas de deux “Diamante” del ballet "Joyas" de George Balanchine, con la música de los cuatro últimos movimientos de la Sinfonía N. 3 de Tchaikovsky, en un vestuario completamente blanco y de brillantes, donde se veían deslumbrantes y perfectos, además de una muy bella faena de estos intérpretes.
Si continuamos nuestro repaso por la primera parte del programa y hacemos el salto a la segunda sección de la gala, ahora llegaría el turno de la pareja de bailarines, que sin duda hacen sentir y justificar que la técnica clásica es un medio para transmitir emoción, y no solo como algunos quisieran apuntar en forma peyorativa que es solo virtuosismo, ya que llegó el turno de los bailarines del Hamburg Ballett, como la experimentada Alina Cojocaru, bailarina principal invitada, y el joven Alessandro Frola, primer bailarín, que simplemente nos brindaron un trabajo de tremenda belleza y vibración. En la primera parte, con el pas de deux "Sueño de una noche de verano" en coreografía de John Neumeier y música de Mendelssohn. Y en la segunda sección, "La Dama de las Camelias" de Neumeier en la música de Chopin, que simplemente fue sublime.
Comentario aparte, me enteré de que asistió a un ensayo la mismísima Marcia Haydée, la 1era. Dama de las Camelias, la bailarina a la que el coreógrafo americano le creó el rol, solo pensar en eso, hace pensar en todas las emociones que debió sentir Alina, al enfrentarse y ser vista por la gran Marcia.
Y continuamos nuestra revisión con el turno de los dos primeros bailarines del English National Ballet, ella Ivana Bueno y él Francesco Gabriele Frola, que se presentaron con el pas de deux de "El Corsario" de Petipa, con música de Adolphe Adam y para la segunda parte del programa con pas de deux de "La Silfide" en coreografía de Auguste Bournonville y música de Hernan Severin Lovenskiold. Ambos bailarines de muy bella técnica y línea, donde sobresale él por sobre ella en lo técnico, pero claramente es por la edad del italiano de 32 años, sobre la americana de tan solo 24 años.
Y finaliza la primera parte con el primer bailarín y el solista del Teatro Alla Scala de Milán de Italia, Claudio Coviello y Christian Fagetti, que presentaron "El combate de los ángeles del Ballet Proust" de Roland Petit y música de Fauré, que fue un bello momento de ver a dos varones bailando juntos y que era un estreno en Sudamérica. Además, en la segunda parte se presenta Claudio en el solo de "Manfredo", con coreografía de Rudolph Nureyev y música de Tchaikovsky, donde desplaza todo su virtuosismo y belleza.
Y dejamos para el último la apertura de la segunda parte del programa, que lo abre el Ballet de Santiago con el Pas de trois del ballet "Nijinska, secreto de la vanguardia", ganadora del Premio Círculo de Críticos de Arte 2023 al mejor ballet, en coreografía de Avatara Ayuso y música de Debussy, interpretado por el ganador del premio mejor bailarín 2023, también por el Círculo, Gustavo Echevarría, junto a Mariselva Silva y Felipe Arango.
El momento presentado relata los conflictos de Nijinsky (Echavarría), siendo amante de Serguéi Diáguilev, empresario ruso (Arango) y su hermana Nijinska (Silva), bajo la bella música de "La siesta de un fauno" y algunos movimientos típicos de la obra original, donde podemos afirmar que Gustavo, simplemente roba las miradas con su talento.
En resumen: una increíble velada que quedará en la memoria por mucho tiempo por ser una de las mejores del año, lugar donde la danza llegó a un estado de sublimación que rayó en la perfección y que hace pensar que dos noches no son suficientes, que el público nacional merece tener la oportunidad de ser convocado a disfrutar de la ambrosia de la excelencia.
Crédito de fotografías: Mariana Canobra